Y ya no siento el dolor,
no puedo vivir, sentir, morir,
y aun así, yo todo lo puedo oír,
y es que todo, sigue siendo todo.
Pensé que no quedo nada,
el dolor se perdió,
luego a mi volvió
en una canción,
quede en vela.
El insomnio ha vuelto a mí,
mi cordura huyo de aquí,
al recordar en lo que creí,
al no querer lo que yo sufrí,
El amanecer regresa con lentitud,
causa de su romance con la luna,
que lo despide desde la altura,
con una mirada de ternura,
mientras yo sigo sin virtud.
En el rocío de la mañana,
mi aliento a todo rociare,
mi cuerpo salpicare,
así mi vida rehacer,
e ir a la almohada.
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