Vagabundo sin cabeza
envuelto en una careta.
Le domina la desidia,
destrozando su vida.
Ahora sin entereza
llora sobre una larga lista
de errores en su senda,
que la solución declinan.
Larga fue tanta espera,
Que el cuerpo ya no sentía.
Renació en esa vereda.
El agua que estaba tibia,
no le dificultó sesgar
la hierba que renacía.