Vagabundo sin cabeza
envuelto en una careta.
Le domina la desidia,
destrozando su vida.
Ahora sin entereza
llora sobre una larga lista
de errores en su senda,
que la solución declinan.
Larga fue tanta espera,
Que el cuerpo ya no sentía.
Renació en esa vereda.
El agua que estaba tibia,
no le dificultó sesgar
la hierba que renacía.
Perdemos la cabeza para encontrarla de nuevo :) La poesía siempre es una forma de encontrarnos a nosotros mismos. Muchos abrazos!
ResponderEliminarMe relajé leyendo esta entrada. Se agradece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Descabezados y con caretas.
ResponderEliminarAsí vamos todos.
Saludos.